Pececitos

lunes, 20 de enero de 2014

Cuento viajero


Aquí os dejo el inicio de nuestro cuento viajero, recordad que es un trabajo entre todos.

             El verano ya había terminado y estaba todo listo para comenzar el año escolar. Ely, estaba entusiasmada con la idea. Cuando terminara el colegio ya estaría preparada para emprender una nueva etapa: estudiar en el I.M. El I.M o Instituto de Magia, era la más prestigiosa institución educativa para los hijos de seres mágicos.
 
Ser la bisnieta del Conde Drácula, no era fácil. Y mucho menos, estudiar rodeada de humanos en el colegio. Pero ya quedaba poco.
 
El primer día de colegio trascurría con normalidad, abrazos, besos y anécdotas de las vacaciones. Todo parecía tranquilo, hasta que ocurrió un pequeño apagón. Cuando la luz volvió, Ely había desparecido...
 
Todos se miraban perplejos. 
-¡Qué cosa tan extraña! ¿Dónde está Ely?¿Qué ha pasado?- preguntaban.Y todos decían lo mismo.-No sé.

Mientras tanto, Ely, desorientada, miró alrededor. Intentaba descubrir donde se encontraba pero nada de lo que veía le resultaba familiar. Estaba un poco oscuro. De repente escuchó algo...

Ely se asustó mucho, y de repente volvió a escuchar. Esta vez consiguió oirlo mejor, eran pasos. Los pasos cada vez se hacían más intensos y pesados. Un par de minutos más tarde, vió la figura de una persona fuerte y pesada con una respiración intensa.  Poco despúes, unos rayos de luz entraron a la habitación donde estaba encerrada Ely...

Los rayos de luz no dejaban ver mucho, pero Ely empezó a describir en voz baja lo que podía ver dentro  de aquella habitación. Estaba atada en un sillón bastante cómoda. Sus tobillos inmóviles no llegaban a alcanzar el suelo y sus muñecas atadas delante de su estómago. Según pasaba el tiempo sus pupilas mejoraban su visión y aquellos pasos ya no se escuchaban...
 
Después de unas cuantas horas alguien tocó la puerta de la habitación y pasó. Ely no supo describir a esa persona porque estaba detrás de un armario muy alto, pero sí pudo ver que era muy alta y delgada. La extraña señora preguntó:

- ¿Hay alguien aquí?

Ely no quería responder porque estaba muy asustada pero sin querer estornudó y la señora volteó la cabeza y empezó a caminar hacia donde había oído, sonaba algo como: PAM, PAM, PAM..

La señora se acercó a  Ely y le dijo:

- Ven conmigo.

La señora desató a Ely, ella le dio las gracias pero la señora no respondió. Entonces la señora cogió un martillo, y Ely preguntó.

- ¿Para qué coges un martillo?
- Para una cosa muy especial. Respondió.

¡La señora le dio con el martillo a Ely!...

Continuación

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