Pececitos

jueves, 13 de febrero de 2014

Cuento viajero III

Entra en los siguientes enlaces para ver las partes anteriores:   Primera parte y Segunda parte

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Al prometérselo a su madre, se escucho un rayo. Ely apareció en el salón de una casa vieja. De pronto, apareció una señora y Ely le pregunta:

-¿Quién eres?
-Soy Elsa tu abuela. Sé que has estado hablando con tu madre y sé que te ha dicho donde están las piedras y si no me lo dices te voy a dejar encerrada en mi sótano y no vas a salir hasta que me lo digas.

Ely estaba confusa y no sabía que hacer...
Después de un rato, decidió no decírselo. Entonces Elsa la encerró en el sótano. Se quedó observando  un buen rato a su alrededor y vio detrás de una estantería había un puerta. Intentó mover la estantería, lo consiguió, abrió la puerta y comenzó a escuchar una voz...

- Hola Ely, soy tu primo Olaf. Te voy a aconsejar una cosa, no digas nada sobre las piedras...o moriremos todos. A mí también me encerró aquí y conseguí huir cruzando esta puerta. Pero cuando uno de la familia la cruza... bueno, será mejor que no te siga contando, porque puedes asustarte.
- No, sigue contando.
- Pues que si uno de la familia cruza la puerta, no regresará nunca más y no podrás ver nunca más a tu familia.
- Me da igual, mientras que la abuela Elsa no me mate...

Ely sin pensarlo cruzó la puerta y... al otro lado no había nada, sólo una inmensa oscuridad. La joven, tenía muchas dudas sobre lo que te está pasando, pero, no era el momento adecuado para eso. Entonces comenzó a escuchar grandes pasos que se acercaban cada vez más al lugar donde ella estaba. Ely tenía mucho miedo, hasta que vio a un señor con un gran bastón que le dijo:

-Hola, ¿Cómo te llamas?- preguntó el señor sin rostro.
-Yo me llamo Ely- contestó-¿Y tú?
-Yo me llamo Anacleto.
-¿Qué tal si nos vamos al parque oscuro?-dijo Ely.
-Buena idea- contestó Anacleto.

Una vez allí, vieron que había un concurso de sustos. Ely y Anacleto entraron al concurso de sustos y se apuntaron.

Ely se despertó gritando. No sabía donde estaba, ni que había pasado mientras estaba soñando.
Anacleto le preguntó a Ely:
-¿Sabes transformarte en un murciélago?
-He estado practicando pero no me sale.-dijo Ely.

Anacleto la animo y Ely lo intentó.
- "Murciélagos amiguitos míos, ahora paso a ser de vuestro equipo".- dijo Ely, pero no paso nada y volvió a intentarlo con mucho animo. Esta vez, Ely se convirtió en un murciélago.
-¡Lo he conseguido!. -dijo Ely entusiasmada.

Elsa que ya sabía transformarse le saco una foto y se fue al lugar donde estaba Ana. Elsa le dijo que tenía encerrada a Ely y le enseñó una foto.
-¡Ya sabe convertirse!- dijo Ana.
Elsa le amenazo, le dijo que sí no le decía donde estaban las rocas con forma humana, la convertiría en una de ellas o mataba a Ely.
Ana no sabía que hacer miró un segundo al suelo y Elsa astutamente le lanzó un hechizo y Ana se convirtió en una marioneta que hablaba.
-¿Me dirás ya donde están las rocas?-preguntó Elsa.
-No, jamás. - le respondió Ana.
Entonces Elsa le dijo que si no le decía donde estaban las rocas la encerraría y no volvería a ver a su familia nunca más.
Al enterarse de todo lo sucedido, Ely dijo:
- Jamás te diré donde están, no quiero que mi familia desaparezca, ¿lo entiendes? Mi familia es lo más importante de mi vida, y me da igual lo que me puedas hacer, pero no te pienso decir donde están esas piedras. Escúchame bien, ellos son lo único que tengo en mi vida, no puedo perderlos porque con ellos he reído, he llorado, he crecido.


Continuación

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