El equipo Charming era un grupo de
amigos formado por Tom, Elisa, Marcos y Alexandra. Vivían en Witched-town, un
pueblo del cual se oían diversas historias misteriosas sobre sus calles y
lugares. Por ello, una tarde, estos amigos decidieron crear su propio equipo de
investigación para averiguar si lo que se decía de su pueblo era verdad.
Una noche Tom se
escapó a las 23:50 de su casa, saltando por la ventana para encontrarse con el
resto de sus compañeros en la plaza del pueblo a las 23:55. Allí, comenzaría su
primera aventura: “el misterioso parque encantado”. Era un parque de
atracciones abandonado a las afueras de Witched-town.
Cuando los amigos
llegaron a las puertas del parque, vieron que estaban cerradas con candado.
¿Cómo iban a entrar? Entonces, escucharon un ruido tras ellos. Cuando se
giraron para averiguar qué era, únicamente vieron una caja vieja de madera.
¿Quién habría dejado un paquete tan extraño? ¿Qué contendría?
Antes
de entrar por la valla, abrieron el paquete: ¡Ahí va! ¡Una lupa, una llave y un
detector de misterios!
Se
pusieron en marcha para seguir con el misterio. Abrieron el parque con la llave
y vieron un mapache loco y la naranja Fut
Tan. El mapache loco era de verdad pero era gigante. La naranja Fut Tan era una bruja malvada y el
mapache loco trabajaba con la bruja. Además, la bruja tenía un carruaje mágico.
El carruaje se transformaba en calabaza. Después,
la bruja hechizó a la gente que se encontraba en el camino y entró en el
castillo.
El equipo Charming creía que el
mapache estaba en todas las atracciones. No sabían qué hacer…De repente, les
susurró una voz:
-
Entrad… No tengáis miedo. En realidad, el mapache no está.
Es un hechizo que creó la bruja para que nadie se acercase al castillo.
La bruja empezó a decir:
-
¡Ja, ja, ja! Nadie va a entrar en mi castillo. ¡Dominaré la
tierra! ¡Ja, ja, ja!
Tom
dijo:
-
¡No vas a dominar la
tierra!
Elisa
tuvo una idea:
-
Dadme la lupa. Voy a
buscar a la bruja.
Y así lo
hicieron. Y entonces, encontraron un rastro de huellas que les llevó al
castillo. Había un viejo portón que se abrió chirriando. Y aunque los amigos
del equipo Charming estaban bastante asustados decidieron entrar. Todo estaba
completamente oscuro… Pero… vieron una silueta.
Se
acercaron y se encendió una luz. Aquella silueta era la bruja Fut Tang. Tenía
ojeras, estaba más vieja de lo normal y
llevaba puesto un vestido con puntitos rojos y una calavera negra .Se acercó al
equipo Charming rodeándoles y les dijo con voz ronca:
-
¿Cómo habéis entrado
aquí?
Y antes de que pudiesen abrir la boca, la bruja paralizó a Alexandra y a
Marcos, Tom salió disparado por la
puerta principal y la bruja se llevó a Elisa a un cuarto oscuro. Después, la
bruja volvió a por Marcos y Alexandra para
llevárselos también al cuarto oscuro.
Elisa
encontró una rejilla por la que quería escapar.
La
bruja gritó:
-
No te atrevas a
escaparte
Elisa contestó:
-
¡Déjame en paz! No me escaparé si a cambio le quitas el
hechizo a mis amigos.
Y la
bruja contestó:
-
¡Jamás!
Entonces,
Elisa le amenazó:
-
¡Pues me escaparé!
Finalmente,
la bruja cedió:
-
Vale, vale. Trato hecho.
Pero a cambio tienes que prometerme que no volveréis a mi
castillo a molestarme ni a jugar en los jardines porque si no os hechizaré a
todos y os convertiré en piedra.
Elisa
dijo:
-
Vale, está bien señora
bruja.
La bruja
dijo:
-
¡Adiós!
Elisa
contestó:
-
Gracias por dejarme
entrar al castillo.
La
bruja le dio una caja y Elisa pensó: “¿Qué será?”.
Elisa
abrió la caja y dijo:
-
¡Ah! Es un
teletransportador. ¿Para qué es esto, señora bruja?
La
bruja respondió:
-
Para que volváis a Witched-town.
Alexandra
exclamó:
-
¡Pero chicos, falta
buscar a Tom!
Marcos
respondió:
-
¡Es verdad! A lo mejor
la bruja lo tiene. ¡¡NOS HA TENDIDO UNA TRAMPA!!
Los
chicos decidieron volver al castillo para ver si Tom estaba allí.
Cuando
volvieron al castillo vieron a Tom atado en una silla y gritaron:
-
¡Señora Bruja, por
favor… ¡NO!
Cuando
Tom vio a los chicos dijo:
-
¡Ayudadme por favor! ¡La
Bruja me quiere asfixiar!
La
bruja se dio la vuelta y vio que Tom ya no estaba porque sus amigos le habían
ayudado a escapar. Y la bruja empezó a gritar:
-
¡¡¡¡¡NOOOOO!!!!!
Los chicos
se fueron corriendo al teletransportador y Elisa dijo:
-
¡Chicos, chicos! ¡El
teletransportador no funciona!
Los chicos
no pararon de gritar. Por suerte, Tom sabía mucho de máquinas y se había traído
algunas herramientas. Después, todos se tranquilizaron.
Y
dijeron los chicos:
-
¡Gracias Tom, nos has salvado!
Tom
respondió:
-
De nada chicos, pero
ahora voy a arreglar el teletransportador, ¿vale?
Marcos
dijo:
-
Vale Tom, pero date
prisa que estoy escuchando unos pasos y
creo que son de la bruja.
La bruja
les miró raro y fue a por ellos. Pero
justo Tom terminó el teletransportador,
lo puso delante y mandó a la bruja a una dimensión donde los gatos tenían cara
de personas y las personas tenían cara de gatos.
Todos los
chicos empezaron a cantar:
-
¡Tooom, Tooom, Tooom!
Y Tom
dijo:
-
Muchas gracias, chicos,
pero es hora de volver a casa.
Todos se
metieron en el teletransportador y llegaron
a la dimensión en la que los gatos tenían cara de persona y las personas cara
de gato. Y Tom dijo:
-
¡Ups, me he equivocado!
-
¡Corre Tom, que viene la
bruja!
Tom
consiguió arreglar el teletransportador y llegaron a su casa.
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